La vida es un camino largo y trabajoso. Entre aquellos que mejor lo han recorrido están, sin duda, los sabios y los santos. Séneca es uno de los sabios romanos que más huella ha dejado en la posteridad.
Nació en Córdoba, en el año 4 antes de Cristo. Desde muy pequeño vivió en Roma, donde recibió una esmerada educación y ejerció como abogado. El emperador Agripina le encomendó la educación de su hijo Nerón, de quien llegó a ser ministro entre el 54 y el 61. En el 65, sospechoso de participar en una conjuración, Nerón le ordenó abrirse las venas.
José Ramón Ayllón, autor del breve texto introductorio, recoge en esta cuidada selección numerosas enseñanzas y reflexiones de este célebre filósofo romano nacido en Hispania sobre la vida feliz, la tranquilidad del espíritu, la divinidad, nuestros temores o el placer y el ocio.