Este libro quiere ser una aproximación al rico y fecundo simbolismo de la cruz en sus diversas manifestaciones. Desde tiempo inmemorial, la cruz ha sido un símbolo universal y cósmico, un eje de interconexión entre el cielo y la tierra, pero, con Jesucristo, alcanza su plenitud.
La crucifixión de Jesús de Nazaret y su posterior Resurrección supusieron un acontecimiento que marcó decisivamente el curso de la historia y afectó al significado de la cruz, que adquirió un carácter salvífico. Jesús asume sobre sí todo el pecado y el mal de la humanidad hasta el punto de transformar un instrumento de tortura en fuente de salvación eterna, rompiendo el círculo del mal: «donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia».
Que estas páginas ayuden al lector a descubrir el amor de Dios en la cruz y, como los cruceros de los caminos, nos guíen en las encrucijadas de nuestra vida, en la confianza de que Jesús y María nos acompañan en nuestro
caminar.