La vida es un camino largo y trabajoso. Entre aquellos que mejor lo han recorrido están, sin duda, los sabios y los santos. En la Atenas del siglo IV a.C., Aristóteles marcó, en mayor medida que ningún otro sabio, los caminos que después habría de recorrer el pensamiento humano. Con sus análisis definitivos sobre ética y política, dejó claro en qué consiste la vida lograda de las personas y de las sociedades, y cómo pueden ambas alcanzar la excelencia.
Toda la ética de Grecia, Roma y la Europa cristiana es una propuesta sobre virtudes, y todas las virtudes se pueden reducir a las cuatro propuestas por Homero, Sócrates, Platón, Aristóteles y los estoicos, denominadas más tarde cardinales porque sobre ellas gira la vida moral. Los textos de Aristóteles que hemos seleccionado pertenecen a su Ética a Nicómaco, uno de los pilares de occidente, junto a la Biblia, la Odisea y el Derecho romano.