“José, su esposo, como era justo...” (Mateo 1,19). En estas páginas “apócrifas” he querido recrear un momento primordial en la vida del esposo de María, José, cuya intimidad el evangelio canónico protege con respetuoso silencio.
Esta “justicia” o fidelidad radical a Dios que el evangelista le atribuye, se concretaría –sucesivamente– en su anhelo del Mesías, su misericordia y su acogida generosa del don. José aparece así como precursor y anticipo de la “justicia superior” que, plenitud de la Ley y los Profetas, proclamará Jesús (Mateo 5,17-20).