Con profunda humildad, se presenta este doble trabajo. Ambos son el fruto madurado de sendas comisiones de trabajo, que han dado lugar a estos documentos. El primero trata de ofrecer un instrumento de acogida ante los abusos y de prevención para acabar con esta lacra. El segundo recoge toda la dimensión jurídica, que debe aplicarse con rigor desde que se conocen los hechos hasta que puedan ser juzgados, y expone cómo desarrollar el trabajo judicial para que la verdad y la justicia se encuentren y puedan sanar, reparar y reestablecer el corazón y la vida. Ambos son instrumentos vivos, sobre todo el Protocolo, que exigirá cambios continuamente, para poder adaptarlo a las circunstancias que se planteen. Pero ambos dan seguridad para la formación, la actuación y el desarrollo de las posibles denuncias, y para que no quede resquicio a la huida o a desviar la mirada a otro lugar.