La presencia de utensilios de barro en cientos de formas y tamaños ha sido habitual y constante en cocinas rurales y urbanas, conventos, hospitales, cuarteles, cárceles, mesones, ventas y figones; por no faltar, también estab
La presencia de utensilios de barro en cientos de formas y tamaños ha sido habitual y constante en cocinas rurales y urbanas, conventos, hospitales, cuarteles, cárceles, mesones, ventas y figones; por no faltar, también estab