Suele decirse que la fe cristiana es conforme a la razón y, sin embargo, va más allá de la razón. En este libro, su autor aborda esta dificultad teológica, pero no hablando directamente de la relación fe-razón, sino examinando la comprensión cristiana de Dios. El acento se pone, pues, no en el hecho de creer y razonar, sino en lo que es creído y razonado. La atención se centra en Dios como creador y en el mundo como creado. El modo en que la fe cristiana entiende la creación hace que la comprensión cristiana de lo divino sea diferente de la comprensión religiosa adquirida por experiencia natural o en otras tradiciones religiosas. El Dios critiano es diferente al resto de los dioses; de ahí que el cristianismo pueda mantener tanto la integridad de la razón como el carácter definitivo de la fe.