En la Vida y milagros de santa Tecla puede observarse una armoniosa conjunción entre la formación clásica del autor y sus creencias religiosas en tanto que antecedente descriptivo de lo que sería la auténtica identidad del mundo bizantino, heredero de la tradición griega y helenística, pero al mismo tiempo defensor de la ortodoxia religiosa cristiana. Desde el punto de vista narrativo, la obra se compone de dos grandes relatos, la Vida, reelaboración de los Hechos de Pablo y Tecla del siglo II, y los Milagros, recopilación de los prodigios acontecidos en el templo dedicado a la santa, que supondrá uno de los nuevos productos literarios de la hagiografía bizantina. Ambas narraciones pertenecen a un mismo autor y configuran un todo que denota la importancia del culto a Tecla en la ciudad de Seleucia.