Prólogo de Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid. Este segundo volumen del Martirologio matritense del siglo XX ofrece la primera visión de conjunto de los 661 religiosas y religiosos (107 y 554 respectivamente) que fueron asesinados en Madrid durante la gran persecución de 1936 a 1939. El primer volumen recogía una panorámica semejante de los 426 sacerdotes y seminaristas diocesanos víctimas de la misma persecución en Madrid. De estos religiosos y religiosas, 410 han sido reconocidos ya oficialmente por la Iglesia como mártires y de bastantes otros se ha incoado el proceso de canonización. Son hombres y mujeres que podríamos calificar en su mayoría de personas corrientes, fieles a su vocación, con sus virtudes y sus defectos, pero que en el momento de la prueba no retrocedieron y dieron su vida por Cristo y por la Iglesia, perdonando a quienes se la arrebataban, a veces en medio de terribles torturas. Muchas religiosas fueron, además, víctimas de abusos y violaciones. La Iglesia está obligada a recordar este testimonio de fidelidad a Cristo de sus mártires, aun lejos de todo deseo de revancha o enfrentamiento. No olvidando a ninguna de las víctimas de ese tiempo dramático, los cristianos guardan de modo especial la memoria de los testigos del Dios de la misericordia, intercesores en el afán de lograr un mundo más pacífico y justo en el que nadie sea perseguido por sus convicciones, religiosas o no.