«GRANDEZA Y MISERIA DEL HOMBRE forman la paradoja que está en el centro de la reflexión y el mensaje de Blaise Pascal, nacido hace cuatro siglos, el 19 de junio de 1623, en Clermont, en el centro de Francia. Desde niño y durante toda su vida buscó la verdad […]. En un siglo de grandes progresos en muchos ámbitos de la ciencia, acompa-ñados de un creciente espíritu de escepticismo filosófico y religioso, Blaise Pascal se mostró como un infatigable buscador de la verdad, y como tal permaneció siempre “inquieto”, atraído por nuevos y más amplios horizontes. Precisamente esta razón, tan aguda y al mismo tiempo tan abierta, nunca acalló en él la pregunta antigua y siempre nueva que resuena en el alma humana: “¿Qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides?” (Sal 8,5)».