«La Hora Santa no tiene ninguna articulación expresa “oficial”, no hay nada fijo establecido. Es verdad que, por las palabras del Señor a santa Margarita María de Alacoque, lo más adecuado es meditar su amarga agonía y pasión, su humillación, su infinito amor no correspondido. La Hora Santa se puede llenar con varias devociones. Nosotros presentamos amplios y ricos materiales para que, desde la Palabra de Dios, la reflexión espiritual y textos tomados de la Tradición y de testigos del Evangelio (siguiendo el esquema de la lectio divina), el orante o la comunidad orante puedan adentrarse en el Corazón de Cristo redentor y se haga partícipe y colaborador de esa redención en su persona, en su trabajo, en su vocación» (de la Presentación).