La «muerte del mito» no es más que una máscara, un mito al que Blumenberg, en la presente obra, intenta acercarse, para mostrarlo en su impostura. El Cristianismo, con sus sistematizaciones teológicas, favoreció el afianzamiento de una ortodoxia bajo el dominio de un monoteísmo absoluto, opuesto a la libertad originaria que caracteriza al mito en el mundo politeísta antiguo. El mito, sin embargo, ha sobrevivido al proceso de racionalización preconizado por la escolástica medieval y aparentemente consolidado en la Modernidad. Los estudios interdisciplinares que abordan el mundo de las mitologías y del mito han puesto de manifiesto, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, que la «desmitologización» de las sociedades modernas es sólo aparente. El mito, con su carácter poético y libre, basado en la variación y la repetición constantes como mecanismo para liberar a la conciencia de aquellos poderes originarios que la aterrorizaban, sigue siendo hoy más vigente que nunca. Desde los neoplatónicos y los gnósticos, pasando por la Patrística, hasta llegar al mundo moderno, Blumenberg nos muestra, con mano firme, de qué modo los diferentes conceptos de «realidad», elaborados en el curso de la historia, son parejos a una determinada configuración de la mitología y a una recepción concreta del mito. Nos encontramos, sin duda, ante una verdadera «mitología de la historia».