A fines del siglo XIX, la obra de Nietzsche supone un viraje en el curso de la filosofía occidental con su crítica del pensamiento metafísico originado en la tradición platónico-cristiana. Partiendo del nuevo impulso que el filósofo alemán confiere a la espiritualidad de su tiempo, la concepción de la moral, la comprensión de la metafísica o la valoración del cristianismo, entre otros temas, comienzan a tratarse en todo el siglo XX bajo una nueva luz. Sin la obra de Nietzsche, la historia de la filosofía de ese siglo habría sido completamente diferente. El ensayo de Pavel Kouba estudia la impronta que Nietzsche ha dado al pensamiento moderno profundizando en el sentido de su obra y examinando su influencia y recepción por parte de autores como Heidegger, Gadamer, Derrida o Habermas. Desde una perspectiva fenomenológica, Kouba estudia el problema de la hermenéutica desde Nietzsche hasta nuestros días: su objetivo es descubrir cuáles son las posibilidades del conocimiento si éste ya no tiene una fundamentación trascendente y redescubrir el concepto de verdad comprendida como interpretación.