Paulina y Lucas viven en un barrio separado de la ciudad por un cerro y las vías del tren. A diario, los chicos traspasan esta frontera simbólica para acudir al colegio, y les toca vivir situaciones insospechadas para sus compañeros. Sin embargo, ello no impide que cuando se encuentran en un verdadero apuro, puedan contar con ellos, porque son una banda.