El día que el joven Asaffa ve al famoso corredor etíope Haile Gebreselassie ganar la final de los 10.000 metros en los Juegos Olímpicos de Sidney, toma una decisión: convertirse en un gran atleta, como su compatriota. Pero este objetivo no resultará fácil, pues tiene que atender el trabajo en el cafetal de su padre y seguir las clases del colegio. Así que su propósito tendrá que ser firme si quiere que sus piernas le lleven tan lejos como sus sueños.