Este libro no pretende definir la felicidad sino procurársela a los niños. Su autor, padre de familia además de psicólogo, nos propone de una forma directa y clara ideas que hacen mucho más dichosos a los hijos. No es un libro directivo, impositivo, sino que sugiere, propone, aconseja sobre formas, métodos, maneras, actitudes, trucos que enseñan a gozar y disfrutar a los pequeños, o previene y desautoriza algunas prácticas o conductas que no contribuyen al bienestar de los niños.