Como muy tarde al cumplir los cincuenta está ya claro: una ha alcanzado el ecuador de la vida, es probable que -si nos fijamos solamente en los números- incluso lo haya sobrepasado. Y entonces se pregunta: żcómo me ha ido hasta ahora? żQué me queda por delante? żCuál es mi lugar en la vida? żA dónde quiero ir, cuál es mi meta cuando soy consciente de lo limitada que es mi vida? Conviene dedicar tiempo a reflexionar sobre tales interrogantes.