Mathieu está jugando al escondite con sus amigos, y está decidido a no dejarse encontrar. Por eso se dirige al viejo depósito de barcas, ahora en desuso. De repente oye una voz que le llama. Es un muchachito, que le hace seńas de que entre. Ahora bien, lo que parecía el escondite perfecto es en realidad una trampa mortal. Y cuando Mathieu se da cuenta de que la puerta ha sido cerrada con una gruesa cadena ya es demasiado tarde...