Sin duda que escribir este libro te ha supuesto cantidad de horas. Pero vale la pena. La reflexión, sobre todo personal, está muy ausente en la vida de los cristianos. Tu estilo coloquial favorece la introspección sobre temas fundamentales. De manera sencilla vas recorriendo el evangelio haciéndolo vida. No hay reflexiones teoréticas, que suelen ser estériles. Por todo ello, enhorabuena. Juan Manuel Lasso de la Vega (Granada) ¡Enhorabuena! Has filigranado una verdadera joya de orfebrería literaria y religiosa. Lo mejor, la base bíblica, generalmente evangélica, aunque también enriquecida con otros elementos escriturísticos. Para el trato coloquial con Jesús, te sirves de la frase corta, que es con la que se suele hablar en la intimidad, y muy directa siempre. Te felicito, además, porque se descubre tu retrato espiritual, que refleja una honda espiritualidad oracional. Eso no se consigue de golpe, sino que es reflejo de una vida de ascesis a lo divino. Generoso García Castrillo (Sevilla) Tu libro no es para racionalizarlo, sino para vivirlo. Es un libro de espiritualidad práctica, ameno, sencillo, directo, lleno de encanto. Lo mejor es que centras la espiritualidad en la persona de Jesús. Justamente esto es lo que puede salvar a la Iglesia en medio del secularismo y los escándalos: dejarse de teorizaciones, dogmas y leyes, y volver al diálogo personal, directo, afectivo con Jesús.