Con un estilo ameno y sencillo y, sobre todo, con mucho sentido común, nuestra autora aborda cuestiones, a veces, un tanto serias y complejas. Los estados de ánimo, las emociones, los miedos, los problemas de comunicación ... representan para muchos un problema que dificulta la vida diaria. Por eso, este libro tiene como finalidad, sobre todo, aliviar "la carga" que llevamos a través de unas pautas de comportamiento fáciles de implementar; una invitación a relativizar los problemas; una llamada a hacerse caro solo de aquello que nos pertenece, y sobre todo, aprender a "madurar" fomentando la responsabilidad y gestionando las propias emociones sin necesidad de culpabilizar a nada ni a nadie. Una de las claves transversales de este libro es reconocer y saber cómo nos narramos la propia realidad de nuestra vida. Es decir, en nuestro recorrido vital ¿nos consideramos ganadores o perdedores? Dependiendo de la respuesta a esta pregunta, viviremos con ilusión, agradeciendo la vida como una oportunidad para crecer o, en cambio, afrontaremos la realidad como una lucha, como una carrera de obstáculos que, la mayoría de las veces, nos lleva a la adicción del victimismo. La elección es nuestra