En este primer cuaderno se puede encontrar una amplia antología de los mejores cantos editados por San Pablo, junto con otros muy representativos de otras editoriales sin desdeñar el canto popular y el gregoriano, salvándolo así del olvido disperso de ediciones ya inasequibles. Se incluyen Himnos de la Liturgia de las Horas y cantos para cantar a la Virgen en el Adviento.