La crisis se está convirtiendo en una especie de clave de lectura de la identidad actual de la vida sacerdotal y religiosa, y también de la vida del creyente o de la realidad cristiana en general. Se trata de un componente habitual de la vida humana, que la desestabiliza, que pone en tela de juicio nuestras seguridades, y que afecta a todos, hombres y mujeres, pues todos son susceptibles de experimentar el desierto de la crisis. Este libro hace un repaso a la realidad del mundo creyente, y a sus expresiones peculiares que son la vida sacerdotal y religiosa, con la intención de ayudar a vivir la crisis como una ocasión de crecimiento en el plano humano y como «la hora de Dios», el paso de Dios por la vida del creyente.