La necesidad de seguridad es una de las más fuertes del hombre, y como consecuencia, la falta de apoyo provoca siempre sensaciones de amenaza, inseguridad y miedo. Por eso se buscan apoyos en la esfera material, en el dinero o en el éxito profesional, o se pone la esperanza en otras personas. Pero esta búsqueda de apoyos ilusorios expone al hombre al peligro de heridas y decepciones e imposibilita la unión con Dios. Dios es el único apoyo, dice el autor, invitando al lector a encontrar a Dios en todo y a vivir como si todo dependiera de Él.