Esta obra es la revelación del pensamiento de Desmond Tutu, que a lo largo de su convulsa vida ha luchado activamente por los derechos humanos y ha combatido intensamente los prejuicios. Tutu impulsa la creencia inquebrantable de que cada uno de nosotros, sin excepción, hemos sido creados a imagen de Dios, y por eso somos infinitamente valiosos. En este sentido afirma que "la Biblia es más revolucionaria, más subversiva frente a la injusticia y la opresión, que cualquier manifiesto o ideología política". En la segunda parte del libro se incluye una entrevista del año 2014 en la que recuerda su vida y reflexiona sobre la fe cristiana, poniendo claramente de manifiesto el amor a Cristo, la generosidad de espíritu y las extraordinarias virtudes de este arzobispo anglicano y premio Nobel de la Paz en 1984.