La fe nace del encuentro con Dios y nos humaniza, haciéndonos más compasivos y solidarios. Solo la fe nos alumbra muestra cómo a pesar de las dudas, la fe ilumina nuestra oscuridad y nos permite ver a Dios para llegar hasta Él. Como una llama que nunca se apaga, la fe nos ayuda a reencontrarnos con el amor de Dios para dar sentido a nuestra existencia y construir un mundo mejor.