El individualismo del siglo XX ha desembocado en un mundo sin Dios. La crisis religiosa es innegable, pero el alma humana sigue hambrienta de trascendencia, tal y como demuestra la actual querencia por los movimientos religiosos o espirituales. Esta obra ofrece una reflexión lúcida e innovadora sobre la pasión por Dios en tiempos de increencia. Una puerta que se abre hacia la experiencia mística para poder dar un sentido pleno a nuestra vida.