Quienes no reconocen a los pobres traicionan la enseñanza de Jesús y no pueden ser sus discípulos porque el primer pobre es Él, que los representa a todos. El Papa Francisco desea que la Jornada Mundial de los Pobres, que llega a su quinta edición, arraigue cada vez más en las Iglesias locales y se abra a un movimiento de evangelización que salga al encuentro de los pobres, allí donde estén. Su mensaje es una invitación a reconocer la fuerza salvífica de sus vidas y a ponerlos en el centro del camino de la Iglesia.