En el evangelio de Marcos, el relato de la resurrección de Jesús, que constituye el punto de arranque de la fe cristiana, comienza con la experiencia de María Magdalena, María la de Santiago y Salomé que se encaminan al sepulcro. Tres mujeres que fueron en busca de un cadáver y se encontraron con que Cristo había resucitado. Sobre su experiencia se sostiene la fragilidad del mensaje pascual que fueron llamadas a proclamar. En ellas se centra este estudio, que destaca su importancia como discípulas enviadas a anunciar al Resucitado.