Esta novela reconstruye la vida del rey Josías, que vivió en el siglo VII a.C., desde su primera salida del palacio real hasta su muerte en la batalla de Meguido contra el faraón de Egipto. De su vida poco se sabe, aparte de lo que dicen las Escrituras. Vivió en un momento en el que el reino de Israel está dividido y sometido al poder de Asiria, y el pueblo ha abandonado la fidelidad a Yahvé en favor de los más diversos dioses paganos. En este panorama, Josías fomentó el culto a Yahvé; bajo su reinado se produjo la compilación del libro del Deuteronomio y la predicación del profeta Jeremías. Jacinto Forment relata en esta apasionante historia cómo Josías pasa de la niñez a la madurez, sobrevenida por la muerte de su abuelo y el asesinato, poco tiempo después, de su despótico padre, y cómo descubre el amor y la amistad, aumenta su fe en Dios y se fortalece su carácter y su fidelidad al pueblo al que sirve como rey.