Orar con los Salmos es una antiquísima tradición judía y cristiana. Así como toda la historia de Israel se narra en los Salmos, el Salterio contiene el grito, el dolor, la alegría y la tristeza, los temores, las dudas, las esperanzas, toda la experiencia, en definitiva, de la vida y la muerte humanas. Su música y su poesía convierten los versos de un «yo orante» en la voz de toda la asamblea. Desde esta perspectiva, la autora analiza en este libro la experiencia orante de los Salmos, en una invitación a vivificar esa experiencia de oración.