A raíz de un encuentro fortuito con un periodista del "New York Times", Nouwen llegó al convencimiento de que había que encontrar un nuevo tono, un nuevo lenguaje para hablar de espiritualidad a los hombres y las mujeres que viven en medio de la sociedad secular. Así nació este libro, como una propuesta espiritual para el que vive en la sequía del mundo secular. La obra está estructurada en cuatro grandes bloques, que van acompañados por un epílogo final.