Educar en estos tiempos de complejidad, de pluralidad y diversidad de valores, de creencias, de cosmovisiones; donde la situación educativa actual está enmarcada por la desigualdad, hace necesario y fundamental un “nuevo pacto educativo”.Un pacto consensuado, escrito y animado con pasión por los referentes educativos que tiene la sociedad y cada escuela.Un pacto sobre calidad de la educación; sobre cómo enseñar y aprender; entre los docentes y los alumnos; entre los directivos y los docentes; entre la escuela y las familias; sobre educación y comunicación social; para financiar la inversión educativa; entre los gobiernos y los gremios docentes. Son ocho caras que, en conjunto, se asocian en una misma figura total para que la educación se acerque a transformar cada persona y cada comunidad.