La memoria y la esperanza -los dos extremos del título de esta obra- gozan hoy de gran prestigio y suscitan un interés excepcional. Además, la esperanza, tal como la proyectamos desde aquí, es un camino de peregrinación, con unos estímulos y unas metas; un camino con obstáculos y con riesgos, con metas alcanzadas y objetivos conseguidos en el marco de lo contingente y provisional; es un camino abierto al futuro de las promesas mesiánicas, hacia el futuro del Reino. La memoria repetida de las promesas liberadoras de Dios afianza nuestra esperanza y la llena de entusiasmo. En estos momentos, en que el Camino a Compostela reaviva el espíritu de muchos caminantes, estas páginas pueden representar para ellos un soplo alentador en su caminar peregrino.