Este estudio propone a los creyentes una «revolución copernicana» de la mentalidad pastoral: desde el compromiso orientado a acompañar a las nuevas generaciones a entrar por la que fuera la «puerta estrecha» de la edad adulta, para la que precisamente la religión cristiana ofrecía palabras de aliento y consuelo, hasta una tarea de acompañamiento para todos -niños, jóvenes, adultos e incluso algún anciano- a encontrarse con Jesús: el hombre de la alegría y la alegría del hombre. La propuesta es, pues, muy resumidamente, la de pasar de un cristianismo de la consolación a un cristianismo del enamoramiento, gracias al cual podamos enamorarnos de Jesús y convertirnos en cristianos.