Aunque san Agustín nunca pensó ni soñó ser sacerdote, como sacerdote y obispo conoció y trató con muchos obispos y sacerdotes. En las páginas de sus obras nos ha dejado el recuerdo de muchos de ellos, y una serie de ricas reflexiones sobre la vida sacerdotal en general. A pesar de toda la riqueza que san Agustín expresa en sus obras acerca del sacerdocio, en la actualidad son más bien escasas las obras que se acercan a este tema, tanto desde una perspectiva espiritual como desde una perspectiva técnica. Por ello, en estas páginas se ha querido tratar este tema desde una perspectiva más espiritual, concreta y sencilla, para que sirva como una herramienta para la reflexión, la formación continua y el crecimiento en santidad de quienes ejercen el ministerio sacerdotal, así como a quienes se preparan para él, y para todo el pueblo fiel, para que adquiera conciencia de la riqueza que existe dentro de la Iglesia en el don del sacerdocio y en las personas de los sacerdotes.