La vida de Dios está en nosotros. Su aliento, su Espíritu, nos crea de continuo e, inagotablemente sugerente, nos abre a posibilidades infinitas. Pero Dios en nosotros es discreto como la última célula que nos trabaja por dentro sin que advirtamos su actividad. Cuando nos hacemos conscientes de su presencia y vivimos la relación de libertades que nos constituye, la vida pierde su carácter de orfandad y exilio que la injusticia estructural y el deterioro personal pueden hacernos sentir. Vivimos ya la Vida eterna, y desde esta experiencia podemos regalar la vida sin negociarla, dar gratis lo que gratis hemos recibido, vivir la gratuidad como la única manera de ser realmente eficaces en esta tierra de tantos por ciento en el amor y en los negocios. La vida no es para ser invertida, sino para ser regalada, entregada a fondo perdido. Pero, al contrario de lo que ocurre con la eficacia, la gratuidad anda escasa de pedagogos.. Y ahí precisamente apuntan estos "salmos": a trazar y recorrer un camino espiritual que lleva hasta la vida en gratuidad. El punto de partida es reconocer que todo es gracia. El que se experimenta a sí mismo como hijo de la gracia puede darlo todo gratis. Este despojo nos hace vivir la auténtica gratificación. Y esta vivencia, repetida en circunstancias favorables y adversas, nos lleva a la gratitud como permanente. Benjamín González Buelta, S.J., leonés de nacimiento y dominicano de adopción, es autor de Bajar al encuentro de Dios. Vida de oración entre los pobres (2ª ed.), La transparencia del barro: salmos en el camino del pobre (2ª ed.), El Dios oprimido: hacia una espiritualidad de la inserción y Signos y parábolas para contemplar la historia.