"Me he enfrascado detenidamente en las profundas aguas de El inconsciente, ¿morada de Dios? y vuelvo a la superficie deslumbrando por tanta belleza y originalidad. En verdad, uno tiene la impresión de que el autor es un pozo inagotable de novedad. En esa zona ambigua de lo divino y lo humano, zona arriesgada como el filo de la navaja, Josep Otón se desenvuelve con la competencia de un científico, con la precisión de un cirujano y la solvencia de un testigo, de alguien que "ha visto y oído" de antemano. El autor navega sin fatiga por las profundidades del mar a lo largo de sus páginas, sin asomarse en ningún momento a la superficie. Escribe con belleza, precisión y hondura. Avanza magistralmente a través de los textos de la Biblia y de la literatura cristiana, moviéndose con elegancia y seguridad entre los vericuetos intrincados de la confluencia divino-humana de la mística, afimando una y otra vez que el inconsciente es un intermediario entre Dios y el hombre".