Si hay un gran olvidado por la Teología cristiana, es el Espíritu Santo. Y, sin embargo, es el Espíritu el que manifiesta en cada instante la presencia viva de Dios en nuestro mundo. Con este libro, Monseñor Uriarte nos acerca a una visión más pastoral del Espíritu, como un auténtico motor dinamizador y renovador de la propia Iglesia y, especialmente, de la fe y experiencia espiritual de cada creyente.