En una sociedad como la nuestra, cada día necesitamos más conocer bien las diversas religiones del mundo. Si nos ignoramos o cedemos a los prejuicios, todos salimos perdiendo. Para ello, debemos entender la diversidad propia de las tradiciones religiosas y conocer el itinerario espiritual y experiencial que nos une a todos los hombres y mujeres de fe: el pasar de la conciencia individual, a la comunión con el Todo.