A menudo se considera que la ciencia y la fe son incompatibles entre sí. En este libro, la socióloga Elaine Howard Ecklund pone de relieve cómo la ciencia y cristianismo coinciden en grandes virtudes humanas. Ecklund muestra que tanto la ciencia como la fe cristiana bien entendidas ayudan a ahuyentar el miedo a lo desconocido y a cultivar valores compartidos, entre ellos la curiosidad intelectual e incluso la duda