¿Necesita el creyente una Iglesia? Algunos sostienen que se puede ser cristiano sin una institución, mientras otros apuntan a la supervivencia del cristianismo a lo largo de dos milenios, gracias al amparo de la Iglesia. A través de los capítulos de este libro, el prestigioso filósofo Hans Joas introduce sus preocupaciones principales: la persistencia de la religión y el valor de la Iglesia como un espacio para compartir una fe que se nutre de experiencias de autotrascendencia. Advierte que las Iglesias no deben convertirse en centros de auto-optimización individualista, agencias de moralidad social o absolutizarse, olvidando que que existen otras formas de vivir la fe. Su objetivo es contribuir a evitar una mayor polarización en la Iglesia con un lenguaje accesible a todos.