La historia de Benjamín podría ser la de cualquiera de nosotros: un muchacho corriente, dedicado a un trabajo humilde y repetitivo, marcado por los dolores y las alegrías normales en cualquier vida ordinaria. Pero junto a todo esto Benjamín tiene una característica que lo hace especial: sabe mirar, y por ese motivo se abre a la posibilidad de un encuentro cargado de significado y que marcará de manera definitiva toda su existencia. Vivió en Nazareth, hace cosa de dos mil años, pero también podría estar en este momento entre nosotros, o incluso cualquiera podríamos ser él, porque la posibilidad de que dicho encuentro se siga produciendo permanece completamente abierta. Eso sí, hoy como entonces la única condición para que se realice es abrir los ojos para mirar y ser mirado en reciprocidad. Eso es lo que propone Ricardo Yepes en estas páginas: si bien no se trata de un escrito filosófico, sí está lleno de sabiduría; si bien no es lo que se entiende por un libro de pensamiento, sí te hará pensar.