La cristología joánica tiene una riqueza especial, como se deduce de la multiplicidad de títulos aplicados a Jesús. Se podría decir que San Juan ha concentrado en Cristo todas las figuras veterotestamentarias que tienen alguna relación con la salvación. Así Jesús es llamado Cordero de Dios, Mesías o Cristo, Profeta como Moisés, Hijo del hombre, Hijo de Dios, Logos, etc. Pero, además, el mismo Jesús se revela a sí mismo mediante la fórmula «yo soy».