En este libro Tomás Melendo habla con indudable acierto de la familia primigenia', aquel lugar, en el que a todos nos gustaría haber nacido, vivir y ser acompañados al morir. Aquella realidad en la que todos pensamos, que constituye el referente de cualquiera otra que se le quiera parecer. Aquella noción que a todos nos evoca el término cuando no se manipula. El ámbito en que descubrimos de manera natural y sin necesidad de estudiarlo que somos uno, irrepetible e insustituible, varón y mujer que procede de un solo varón y una sola mujer, hermano que se encuentra con hermanos a quienes ama y con quien crece y aprende a convivir, hijo de un padre único e irremplazable, esposos que se han elegido mutuamente en aquel soberano de la libertad humana que consiste en poseerse íntegramente, pasado, presente y futuro y entregarse y acogerse plenamente y de por vida.