Enfrentarnos a la globalización en el marco actual supone un duro reto. El desplome de la Guerra Fría no ha conseguido un orden mundial renovador, hegemónico y equilibrado. El escenario presente es inestable e inoperante: Estados Unidos dubitativo, Europa reinventándose, Oriente Medio turbulento… forman un puzzle desnortado. A la actual crisis de seguridad a nivel mundial, el deterioro ambiental, la desigualdad y el subdesarrollo se le unen una economía y unas organizaciones internacionales desmoronadas. El mandato de la Historia aparece tajante: construir el sistema geopolítico del siglo XXI.