Los libros poéticos y sapienciales no narran historias ni contienen profecías. Estos libros preparaban la venida de Cristo haciendo profundizar la relación del hombre con Dios mediante la oración, mediante el sentimiento acrecentado del amor y mediante el uso de la razón para descubrir su presencia en la creación, en la historia y en la Ley. Al llegar a su plenitud esa relación del hombre con Dios en Cristo, el Verbo de Dios hecho hombre, tales libros adquieren su cumplimiento definitivo. Por eso señalaremos su orientación hacia el Nuevo Testamento, a cuya luz podrán ser comprendidos con más profundidad, al tiempo que ayudarán al lector a conocer mejor y unirse más fuertemente a Jesucristo recorriendo el camino marcado en ellos.