A través de un repaso de las tensiones doctrinales que surgieron con el desarrollo de la teología y el derecho canónico a lo largo de la Edad Media y en la modernidad, se pretende contribuir a una mejor comprensión de la misteriosa realidad del matrimonio en la milenaria tradición judeo-cristiana, que adquiere una fuerza singular a la luz de la teología del cuerpo de San Juan Pablo II. La recuperación de la centralidad de la una caro en su doctrina ha permitido restituir el significado primordial del matrimonio, renovando la esperanza de recuperar el sentido último de la historia como realización plena de lo humano, pues el amor conyugal de acuerdo al plan de Dios expresa y realiza los munera –sacerdotal, profético y real– del cristiano. La tesis que aquí se expone puede arrojar luz para una nueva y más fecunda fundamentación de las ciencias sociales, no desde el individuo sino en torno al matrimonio –y su realización práctica, la familia– una comunidad de personas que está en el corazón del sistema social, permitiendo al hombre expresar su verdadera realeza como servicio a los demás.