En 1961 tuvo lugar el acto de inauguración de la Clínica Universidad de Navarra, y poco tiene que ver la imagen de aquella primera clínica con la actual: un pequeño edificio de dos plantas destinado a servicios clínicos, docentes y de investigación, hoy se ha convertido en un complejo compuesto por cinco edificios, con 75.000 m2 dedicados a la medicina. Pero, ¿cómo se ha llegado hasta aquí? Para gestionar todos estos cambios, se plantea la figura documental del Plan Director, un documento que abarca adecuadamente los cambios que se realizan dentro del entorno hospitalario. Todo ello aporta las necesidades concretas a cubrir y mejorar, con un plan de reforma a seguir para que el viaje sea lo más cómodo posible.