La fe supera la razón pero no la elimina. La inteligencia humana, guiada por la Revelación de Dios, entra en el mundo de los misterios sobrenaturales en busca de claridad y sentido. Aceptar los misterios de Dios impulsa a investigarlos con respeto y a descubrir en ellos horizontes insospechados de racionalidad. La teología es ciencia de la fe. Trata de comprender mejor los misterios revelados por Dios y exponerlos de manera sistemática y ordenada, basándose en la Sagrada Escritura y la Tradición, con la guía del Magisterio. La teología cristiana tiene un origen propio y específico. No procede de la simple curiosidad intelectual ni se dedica a satisfacerla. La teología es una ciencia de salvación, que debe en último término ayudar al hombre a conseguir su destino eterno.