La prensa escrita salió de la segunda Guerra Mundial herida, como consecuencia de los destrozos que llevó el conflicto en buen número de países y de la pérdida progresiva de protagonismo por el ascenso de los medios audiovisuales, sobre todo del televisivo. El protagonismo del nuevo medio se tradujo en una mayor capacidad de impacto, tanto para el público como para los anunciantes, que progresivamente fueron orientando, cada vez más, sus inversiones hacia la televisión. La palabra crisis está marcando la vida del periodismo escrito. Una visión de conjunto de cómo ha cambiado la prensa desde 1945 ayuda a comprender la realidad actual del periodismo.